Un cuatro de julio de 1914, hace ciento
dos años,
vino al mundo una niña pequeñita,
con una mirada profunda y una inquietud que fue creciendo conforme los años
fueron pasando. Ávida
de saber mas, de aprender mas, de no conformarse con una simple respuesta, ella
quería mas y entender muchas cosas que no veía
lógicas, derecho a la educación,
a la salud, a la cultura, al desarrollo igualitario, a la coeducación
en igualdad…
No le fue fácil,
pero como una hormiguita fue andando un camino que fue enriqueciendo con
vivencias y formación.
Los años
han pasado y ahora la tenemos en nuestro recuerdo. Lectora y gran conversadora, con su
pluma y un folio donde anotar cualquier idea o comentario. Era especial,
necesaria y sobre todo insustituible, sus dichos, canciones , recuerdos y vivencias eran toda una enseñanza,
“chica no hay que dormirse”, era lo que siempre me repetía,
con todo el cariño que nos teníamos.
En nuestro viaje a la IV Conferencia
Mundial de la Mujer, fue un ejemplo de fortaleza con sus ochenta y dos años
cruzamos los cielos para unirnos a todas las mujeres, empaparnos de las
necesidades, apoyarnos y entre todas buscar un sistema de redes y así
poder colaborar y avanzar en el camino de la igualdad.
Esa
es otra historia.
Celebrar
su recuerdo con una conferencia que impartió
en 1998, siempre de su puño y letra, que yo
le pasaba a maquina, pero siempre añadía
anotaciones y ampliaba, o se saltaba y le daba otro giro, todo según
la participación y el perfil de auditorio, lo que
siempre buscaba era captar la atención de la gente
para poder transmitir todo lo que ella tenia que decirnos.
Mi
recuerdo y cariño
MUJER ANTE EL SIGLO XXI
No nos podemos limitar a contemplar el
reto de la mujer ante el siglo XXI sin constatar la historia de aquellas
mujeres que no tuvieron historia y que nos han abierto el camino a seguir en
nuestros días.
Hay que poner de manifiesto ante el tercer milenio el difícil
y solitario camino que las mujeres, sin historia, han recorrido para
reivindicar sus derechos, sus tendencias liberadoras base del actual feminismo,
por lo que mi exposición le va a dedicar un recuerdo como
homenaje a su lucha.
Vamos a hablar de mujeres sin que
tratemos de enjuiciar ni acusar a los hombres en general bajo ningún
concepto. No son ellos la causa directa de la situación
de las mujeres, ni quienes en exclusión la mantenían
sometidas, aunque contribuyan a hacerlo y se enseñorean y
benefician de ello.
Las malas situaciones se originan en los
medios de vida y en las cultural genéricas (responsabilidades, roles, etc.).
Las propias mujeres reproducen las condiciones y las identidades en su propio
mundo. En cumplimiento de la “feminidad”
las mujeres realizan dobles papeles y tienen dobles posiciones: como
sujetos de la “opresión” y como vigilantes del sistema
patriarcal masculino y femenino. Es imprescindible para avanzar el cambio de
actividades, espacios, papeles, funciones; ampliar el espectro genérico
de las mujeres y de los hombres para que las capacidades y destrezas históricas
sean compartidas.
Esto no ha sido ni es fácil
puesto que supone demostrar críticamente la estructura vieja de la
concepción del mundo. Porque los estereotipos
sociales y sus formas se aprenden desde el principio de la vida y no son
aleatorios y son componentes del propio ser.
Al contemplar las historia de las
mujeres, en lucha por la libertad y la justicia, vemos que la evolución
de la sociedad española en las ultimas décadas
ha sido importante.
El cambio que supone la presencia de la
mujer en los distintos ámbitos sociales de las que
tradicionalmente habrá estado ausente o excluida, es uno de
sus elementos esenciales. Y el impacto económico de
este cambio ha tenido múltiples manifestaciones.
Pero no nos podemos sentir triunfalistas.
La lucha de algunas mujeres por alcanzar
para todas en beneficio de todas y todos , ha sido excesivamente lenta a causa
de la infravaloración que el hombre hace a la mujer.
Decía Carmen de Burgos que era
imprescindible la formación , la cultura de las mujeres para
conseguir sus emancipación. Pero ¿cuánto
tiempo ha costado que se considere un derecho a es formación,
a esa cultura?
Hasta ahora, nadie ha intentado hacer
una historia de la educación tomando como centro el educador/a. En
este caso las maestras son el eje primordial. Hay que comprender la precaria
situación, las vicisitudes que tuvieron que
pasar hasta nuestros días.
Institutriz, parvulita, maestra de
primera enseñanza, maestra de taller, profesora
particular… Pero muchas mujeres tuvieron una relación
directa o indirecta con el contexto educativo. Su formación
y su espíritu luchador no puede por menos de estar
muy relacionado con el mundo de la educación femenina…
Continuaremos
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